Gran Bretaña pasaba por ser una de las mayores cenicientas del
campeonato. Y los días inaugurales son terreno abonado a las sorpresas.
Un terreno que Israel parecía haber conquistado a tiempo, pero que Gran
Bretaña volvió a hacer suyo para forzar la prórroga y, allí, dejar en
evidencia a una Israel que no supo ganar el partido.
La selección británica empezó dominando el partido con claridad, y lideró
el marcador durante toda una primera mitad en la que destacaron Kyle Johnson (12 puntos) y Myles Hesson (10), minimizando el potencial israelí, claramente superior.
El junto hebreo se encontró con el buen juego en el tercer periodo y, de la pareja formada por Omri Casspi y Yotam Halperin
igualó el encuentro, hasta colocarse por delante al final de ese mismo
periodo (52-47). Con un parcial de 12-2 en los últimos cinco minutos del
tercer cuarto, Israel le había dado la vuelta al encuentro, con los
triples de Afik Nissim ayudando a rematar el trabajo.
En el último periodo, Israel controló los intentos británicos y mantuvo
su ventaja en el marcador, pese a la pujanza de los de Kieron Achara (18
puntos y 13 rebotes). Con el 66-57 a falta de tres minutos para el
final, el triunfo israelí parecía no peligrar. Pero se pasaron tres
minutos sin anotar. Y Gran Bretaña fue haciendo su trabajo hasta que
Israel se lo puso en bandeja. Un rebote-mate de Hesson les colocó a dos
puntos a falta de 33 segundos. Lior Eliyahu falló dos tiros libres y Andrew Lawrence acabó empatando a 66 tras forzar una falta.
La prórroga seguiría el mismo guion, de iniciativa israelí. Con 71-67 a
falta de dos minutos y medio, a los de Arik Shivek se les volvieron a
fundir los plomos. Ya no volverían a anotar, Eliyahu volvería a fallar
tiros libres clave y Kyle Johnson, la estrella británica, con 22 puntos
puso por delante a los suyos (71-73). En el ataque definitivo, Andrew
Sullivan le robó el balón a Nissim y acabó poniendo el 71-75 que supone
la mayor sorpresa en el inicio del Eurobasket.
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