
El alero de los Knicks consultó a varios médicos y, finalmente,
decidió no intervenirse: "Tomé el riesgo de no operarme y dejar que la
torcedura curase sola. Fue un gran riesgo porque significaba que iba a tener que trabajar más esta pretemporada para hacer lo que había que hacer", explicaba el jugador que se machacó a ejercicios de recuperación diariamente.
El motivo para dejar que el hombro curase solo y no pasar por
quirófano era poder estar a las órdenes de Woodson desde el primer día
de entrenamientos: "Todos tienen su opinión y la pusieron encima de la
mesa, me explicaron las partes buenas y las partes malas. Si me operaba no iba a estar para el comienzo de la temporada, estaría fuera cuatro o cinco meses por el desgarro", finalizaba Carmelo.
Anthony recononoce que no está bien del todo, pero al menos no tiene dolor: "Nunca he estado en mi vida al 100% pero ahora estoy tan bien como voy a estar. No siento nada", zanjaba sobre el maltrecho hombro izquierdo.
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