La Universidad de Louisville derrotó (82-76) a la Universidad de Michigan en el partido por el título de la NCAA y
se convierte en el nuevo campeón nacional. Los Cardinals ganaron de
este modo el tercer campeonato de su historia, mientras que el
entrenador Rick Pitino consiguió el segundo de su
carrera como entrenador, siendo el primer técnico en coronarse con dos
universidades distintas (su primer título fue con la Universidad de
Kentucky).
Peyton Siva fue el principal protagonista de un
partido en el que firmó unos números de 18 puntos, 6 rebotes, 5
asistencias y 4 robos. Tomó las riendas del equipo en la segunda mitad
del choque y se convirtió en la antorcha a seguir, consiguiendo 16
dianas tras el descanso. Anotó, dirigió, defendió, lideró… Lo hizo todo y
llevó a Louisville por el camino de la victoria hasta el bocinazo.
Antes que eso, Luke Hancock ya había puesto a los
Cardinals en la senda correcta, terminando el partido con 22 puntos y un
impecable 5/5 en triples, y siendo galardonado con el premio de M.O.P.
al mejor jugador.
Por el lado de los Wolverines, Trey Burke (24 puntos) y Spike Albrecht
(17 puntos, 4/5 en triples) fueron los que trataron en diferentes
momentos del juego de hacer de los de Michigan un equipo campeón, aunque
finalmente sucumbieron ante un rival que dominó el rebote ofensivo y
dispuso de demasiadas segundas (terceras y hasta cuartas) ocasiones en
la pintura.
La inmensa mayoría de expertos ha catalogado el encuentro como la
mejor final de todos los tiempos de un Torneo NCAA, pese a una actuación
arbitral que no estuvo a la altura en ambas canastas, y en ella brilló
un nombre por encima del resto. Kevin Ware, que sufrió una escalofriante lesión y no pudo estar con sus compañeros en el terreno de juego,
presenció el encuentro desde la banda, ataviado con su camiseta del
equipo y sirvió de inspiración para los chicos de Pitino. Él fue el
último en cortar la red de una de las canastas del impresionante Georgia
Dome y brindársela al público.
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