Los Pupilos de Kevin McHale, llegaron a los playoffs, en el ultimo vagón del tren del oeste, tras flirtear con la sexta plaza, que al final fue a poder de los Warriors y la Séptima que fue para los Lakers, dos malos partidos en Phoenix y Los Angeles, otorgaron dicha plaza.
No obstante, el éxito ya estaba conseguido. Lo que tres años anteriores se resistía, había sido logrado y la ciudad espacial se preparo para recibir a la postemporada con los brazos abiertos. Los rivales, era lo de menos, fueron los todo poderosos Oklahoma City Thunder, actuales campeones del oeste y la vuelta de James Harden a la que fue su casa. Todo en contra para los Rockets, que sobre todo querían estar a la altura y no ser barridos en cuatro.
La verdad es que jugar sin presión en playoffs, sobre todo en primera ronda es algo que ayuda a afrontar los encuentros y los Houston Rockets desinhibidos fueron descarados en toda la serie, el primer partido fue un poco pagar la novatada, salvo Harden. El resto del planten no sabía lo que era afrontar unos playoffs y eso se ha notado en esta eliminatoria.
Luego llego el fatal desenlace, desafortunado, de la lesión de Russell Westbroock. Que ha marcado el devenir de los OKC, no solo en primera ronda sino en todo el playoffs hasta su eliminación por parte de los Grizzlies. Y a los campeones del oeste les entro en agobio, los Rockets fueron tomando el pulso a la eliminatoria, pero ya estaba el 3-0. En el marcador cuando fueron capaces de jugar de tu a tu a los de Scott Brooks y ya cualquier desliz se pago, como asi fue en el sexto, con la eliminación. Creo personalmente que ganando ese sexto partido, los Rockets en el hipotético séptimo habrían puesto en muchos apuros a Durant y su “banda”, nunca mejor dicho pues creo que solo el factor del mejor alero de la liga, ha podido con las jóvenes pistolas del Rio llano.
Javier Cervantes - @RocketsSpain.
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