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jueves, 12 de enero de 2012

Ricky o Mr. Hyde, ¿Por qué?

Faltarían muchos ¿por qués?, como gusta decir a 'Mou', para explicar la inesperada evolución o explosión de Ricky Rubio en sus 10 primeros partidos en la NBA. Si la literatura nos plasmaba transformaciones extremas con el doctor Jekyll y Mr. Hyde, el parquet nos muestra un nuevo Ricky, desinhibido, más locuaz que nunca con el balón leyendo el juego y totalmente desatado en cuanto a responsabilidad.

Lejos quedan ahora sus promedios en la final de la ACB en junio... 1 punto, 0% en triples, 25% en tiros de dos, 2,3 asistencias y 2 pérdidas frente al Bilbao, donde fue superado por un inmenso Sada en la titularidad. Con el equipazo español en el Eurobasket se dedicó a aplicarse al máximo en aspectos defensivos y dio la cara, pero sin despejar las dudas. Ahora luce 10,2 puntos por partido, 8 asistencias, 4 rebotes y un sorprendente 47% en triples en casi 30 minutos de juego. ¿Es posible que en dos meses en un gimnasio de Mineápolis haya conseguido progresar tanto en su tiro? ¿Se ha autodesbloqueado mentalmente y se ha generado una maduración repentina?

No creo en ninguna de esas opciones y sí en otras cuestiones baloncestísticas que ponen ahora a Ricky, más o menos, en su sitio. Su cabeza nunca ha dejado de estar extraordinariamente bien amueblada. "Soy una estrella desde los 15 años", dijo hace semanas en una entrevista. Impactante y reveladora afirmación. En su cabeza está el 80% de su talento. Su capacidad para leer el juego y controlar el ritmo pese a su juventud, como apuntó el mismísimo Larry Bird, es asombrosa. Tiene con 21 años (lo tenía desde que debutó) lo más difícil de enseñar.

En Barcelona se pudo frenar su progresión, entre otras cosas, por la mayor exigencia de Europa: tenía que ganar casi todo, tenía que jugar en cada partido 20 minutos excelentes y en multitud de sistemas y estricto orden debía anotar en las pocas opciones que tenía. Tirar poco y meter mucho, como se le exige a un buen base. Supongo que las enormes expectativas y el histórico desembolso económico del club azulgrana en su fichaje también tuvieron algo que ver. Sobre todo lo primero.

Gracias a su talento y pese al 'break' en su progresión aparece y compite con soltura en la mejor Liga del mundo ante Westbrook, Kidd, Parker, Rose y compañía. Su gran tirón mediático (los años de espera de la franquicia también han hecho lo suyo) y su seguridad asistiendo a sus compañeros provocaron que todo el pabellón de los Timberwolves coreara al genio del Masnou en su debut, ¡en el que no perdió un balón en 26 minutos!. Hay que estar muy tranquilo y ser muy bueno para no perder una pelota en ese escenario y en esas circunstancias.

Creo que mete más sencillamente y en parte porque en la fase regular hay defensas que dejan mucho que desear en cuanto a intensidad, porque su equipo no tiene la responsabilidad  y exigencia deportiva que tiene el Barcelona y porque en la NBA, aunque sorprenda a más de uno, hay muchos jugadores de perfil medio-bajo, que ni siquiera podrían competir en Europa (cosa que Rubio hace años al máximo nivel). No obstante, le hemos visto tiros rápidos sobre bote que acaban en canasta y que en el Barça brillaban por su ausencia. Su calidad en el pase es brutal, pero hay que recordar que en la Liga americana Ricky se la da al de al lado en contraataque, éste la mete y se la cuentan como asistencia.

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