El 4-10 inicial a favor de los eslovenos fue un espejismo, con su rival devolviéndole el parcial con un 7-0 como respuesta. Vesely se crecía, Balazic también y Goran Dragic,
a falta de acierto en el tiro, sumaba asistencias con facilidad.
Eslovenia, en solo 10 minutos, supo que tendría que sudar para llevarse
el choque: 19-21.
Los eslovenos lograron una mínima renta al descanso (32-36) que supieron
ampliar en el arranque del tercer periodo tras triple de Balazic (36-45, m.23). Sin embargo, en plena crisis de su equipo, volvía a aparecer Vesely para poner a los suyos a 5 a la hora de entrar en el cuarto decisivo: 51-56.
A partir de ahí, un final trepidante, mucho más de lo que indica el bajo
tanteo final. Eslovenia amagó con volver a irse tras 2 canastones de Begic (58-52, m.35), pero los checos eran incansables y no bajaban los brazos nunca. Una canasta de Welsch, tras 6 fallos previos en el tiro, empataba el choque a 60 a falta de minuto y medio.
Eslovenia era un flan y lo demostró desde la línea de tiros libres, con
múltiples fallos que le dieron a su oponente la opción de ganar. Pero
primero Satoransky, luego el propio Welsch, a falta de 7 segundos y con solo uno abajo para su equipo, y finalmente Barton,
que cometió pasos cuando el marcador señalaba un 60-62 remontable con
solo un triple, se quedaron con la miel en los labios. Y con ellos, todo
un país.
El anfitrión crea dudas y República Checa las disipa. Pero el triunfo fue para los primeros.
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